Puedes tener en tus manos…
Hay historias que se escriben como quien araña una pared en la oscuridad, buscando una salida. Quizá esta nació así. Fue a tientas, con rabia contenida. Tenía el deseo insistente de entender por qué algunas vidas parecen condenadas a vivir a medias.
Puedes tener en tus manos una historia que nació como un murmullo incómodo y acabó convirtiéndose en un rugido. Con el tiempo se volvió un pulso claro, terco, imposible de ignorar. Y hoy, por fin, te llega a ti.
Rabia y libertad es una novela sobre lo que se rompe cuando nadie mira. Y lo que aún puede salvarse si alguien decide mirar de verdad. Cuenta la historia de dos hombres que se enfrentan a sus propios fantasmas. También a sus errores más íntimos. A todo lo que callaron demasiado tiempo. Habla sobre el límite que todos conocemos: ese punto donde ya no sabes si avanzar te destruye o te libera. Aquí dentro encontrarás la herida abierta de Eduardo y Aitor. Ellos caminan entre la culpa y el deseo. Y tienen la necesidad de recuperar algo que quizá nunca tuvieron del todo.
No es una historia amable. Es una historia honesta.
Despedida emocional
Un cierre que duele, pero hace falta. Llega ese momento extraño y necesario de despedirse de los personajes. Hoy los dejo ir. Hoy me despido de Eduardo y de Aitor. Los dejo ir con una sensación rara. He estado demasiado cerca de ellos, más de lo recomendable.
Aitor y Eduardo me acompañaron durante meses con sus contradicciones. Su vulnerabilidad mal escondida. Sus decisiones torpes. Su forma de amar que, a veces, hiere. Los vi crecer, retroceder, tambalearse y seguir aunque fuese a rastras.
Se merecen la mejor de las suertes, tanto dentro como fuera del libro. Que encuentren paz, aunque sea en algunas páginas. Que encuentren futuro, aunque no se parezca al que imaginaron. Y que encuentren lectores que los lean sin juicio, con la paciencia que ellos alguna vez tuvieron.
Y ahora…
Toca respirar. No un respiro triunfal, sino ese que se toma antes de volver a sumergirse. Porque esto no termina: apenas empieza.
La historia ya está escrita, pero lo que ocurre a partir de aquí depende de ti.
Yo ahora… Respiro. Ese respiro que no es alivio. Es algo previo al momento de abrir una puerta que todavía no sabe adónde lleva.
Porque publicar no es terminar. Publicar es exponer. Es soltar. Es aceptar que la historia ya no me pertenece. Ahora pasa a tus manos, donde puede transformarse en algo distinto. Puede ser más grande, más íntimo o más incómodo.
Así funciona la literatura cuando se atreve a ser honesta.
Lo que viene ahora no es un descanso, sino un comienzo. A partir de aquí, el libro vive en tu lectura. Está presente en tus preguntas. También está en lo que te revuelve o te consuela.
¿Estás preparado?
Rabia y libertad ya es tuya. Te toca abrir la primera página y entrar. Dejar que la novela te alcance hasta donde tenga que alcanzarte, sin defensas. Ahora es tu turno. Rabia y libertad ya no me pertenece. Es toda tuya.
¿Estás preparado? Necesitas estarlo del todo. Solo abrir la primera página y dejar que la historia haga lo suyo. Tal vez te pellizque. Tal vez te recuerde algo que intentabas no pensar. Quizá te acompañe más de lo que esperabas. Sea como sea, te toca a ti completarla. Hazlo a tu modo, a tu ritmo, con tu mirada.
Deseo de corazón que te haga sentir (aunque sea una parte) todo lo que sentí al escribirla.
Mañana, día 12. Disfruta de su lectura.

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