Una invitación a Rabia y libertad

Querido lector, querida lectora.
Leer. A veces me pregunto si no es, en el fondo, un acto de fe. Una especie de salto al vacío. Abres un libro sin saber qué encontrarás dentro. Confías en que, de alguna manera, te sostendrá en la caída.
Y puede que lo haga. Puede que disfrutes.
Pero disfrutar no siempre significa permanecer intacto. A veces lloras sin aviso o se te encogen los dedos al pasar una página. O sientes frío, calor, tiemblas. A veces deseas que el libro no termine nunca. Otras veces temes llegar al final. Te preocupa que la historia no te responda como esperas.

Leer también es un privilegio. Quien abre un libro desea que esté a la altura.
Al mismo tiempo, leer puede ser una huida. Es un refugio improvisado. Es un rincón entre líneas donde esconderse un rato. Aunque por las hojas se cuele viento o lluvia.

Mientras escribía Rabia y libertad, no pensé demasiado en qué esperaba quien se atreviera a entrar en sus páginas. Quizá buscabas fe ciega, un refugio, compañía, un rato de silencio o simplemente sentir lo que sienten los personajes. Eso nunca lo supe.
Sin embargo, hay otra pregunta que sí pensé: Qué espera la novela. A quién quiere entre sus manos. Quién sería la lectora de sus sueños.

Ojalá pudiera darte una respuesta clara.
Pero no.
Vivimos en un mundo donde cada día nacen más libros. Aparecen más voces y más historias. Cada lector atraviesa sus propias épocas: negras, rosas, amarillas, grises.
Sería un atrevimiento decirte que estabas esperando esta historia. No puedo mirarte a los ojos y afirmarlo con seguridad. No sé si esta novela tiene exactamente lo que buscas.

Sí puedo recordarte lo que guarda: amor, deseo, venganza, odio. Voces que se niegan a ser silenciadas. Lluvia. Libertad. Y quienes, con violencia, intentan apagarla.
El resto ya no depende de mí.

Serás tú quien decida si abrirla o no. Yo deseo, de corazón, que le des una oportunidad.
Ojalá pudiera prometerte que te gustará. Solo puedo esperar que algo en ella te toque, aunque sea una frase, un capítulo.

Si finalmente decides entrar, quiero que sea porque hay algo en estas palabras que se te ha quedado respirando muy cerca.
Quizá, solo quizá (¿te imaginas?), Rabia y libertad también llevaba tiempo buscándote a ti.

Esta idílica (o tormentosa) relación novela-lectores, el 12-12-2025.


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