Emoción oscura

Una emoción que se construye en la oscuridad

Hay un punto, ese que se esconde entre el deseo y el miedo, donde mis historias nacen casi solas. No son emociones limpias ni cómodas. Son oscuras, espesas, de las que te dejan pensando lo que nunca decimos en voz alta. Las que hacen cuestionarse qué es en realidad lo que está bien y lo que no.

Escribo desde esa sombra: la que arrastra prejuicios, fugas, huidas, culpas heredadas. La que duele, pero también empuja. La que escarba ahí donde todos hemos escondido esas emociones que preferimos no enseñar.

El filo de los temas que escuecen

Homofobia, migración, manipulación emocional, ciudades que devoran a quienes las caminan. Hay venganzas silenciosas y una búsqueda de justicia social. Se presentan segundas oportunidades que pocos creen merecer.

No lo escribo para provocar: lo escribo porque existe. Porque negarlo sería mentir. Y porque prefiero mirar de frente a los monstruos antes que hacer como si no estuvieran respirándome en la nuca.

Hombres rotos

Mis protagonistas no son héroes. Tampoco villanos.
Son hombres vulnerables, empujados por sistemas que los quieren sumisos, obedientes. Lloran, desean, ceden, caen… y después siguen.

A veces son ternura pura; otras, una tormenta que arrasa con todo.
Pero sobre todo, luchan. Pelean contra lo que los hiere. También luchan contra lo que aman demasiado. Se enfrentan contra ellos mismos y contra un pasado que no les dejó opción.

Que mi protagonista sea un hombre no es una cuestión meditada, pero tampoco dejada al azar. Hay millones de novelas de hombres valientes, de mujeres poderosas. Pero mis protagonistas van más allá. El destino entre mis letras le pone a otro que lo vuelve loco. No siempre para bien. Y así el amor se coloca en un lugar incuestionable. Tenga el color que tenga.

Amor al borde del abismo

Porque en el centro de todo, aunque parezca mentira, siempre hay una historia de amor.
No un amor perfecto. Mis historias hablan de un amor que desgarra, que reconstruye, que salva y que hunde. Dos hombres que se encuentran en el caos. Y se miran como quien reconoce una herida propia en la piel ajena.

A veces son luz. A veces son una caída libre deliciosa. Pero siempre, siempre, se eligen. Incluso cuando quererse los lance al vacío. No saben negar el deseo y la atracción.
Porque entre estas páginas hay mucho amor, pero muchas veces llevado al extremo hasta fundirlo con bocados de placer.

Oscuridad con luz

Mis finales nunca cierran del todo.
Prefiero que queden abiertos y agridulces. Es como un día nublado donde, de pronto, el sol aparece. Así, solo para recordarte que nada es del todo sombra. Que incluso en la pérdida hay belleza. Que incluso en lo roto puede nacer algo que parezca esperanza.

Lectores valientes

Mis historias no se leen desde la comodidad. Se leen desde las entrañas.
Son intensas, incómodas, a veces crueles. Porque yo tampoco me censuro. Creo en los relatos que arañan y que remueven. Hacen que el lector cierre el libro y se quede respirando hondo.

Para quienes se atreven a mirar donde nadie quiere. Para quienes saben que la literatura no siempre viene a consolar.

Mi siguiente novela para ti, lector valiente, lectora poderosa, la tendrás disponible el 12 de diciembre.


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